Las inversiones seguras no solo evitan el riesgo en gran medida, sino que también garantizan la prudencia que resulta tan necesaria a la hora de evitar caer en pérdidas de dinero. ¿Pero son posibles? ¿Cómo podemos hacer para identificarlas? Encuentra las respuestas a todas tus preguntas en este artículo.
Si estás dando tus primeros pasos en el universo de las inversiones, seguramente te estés preguntando qué puedes hacer para acotar el margen de error, ya que se trata de un asunto delicado que puede significar la pérdida de grandes sumas de dinero. Las inversiones seguras son posibles, solo tienes que tener en cuenta varios aspectos que detallaremos a continuación. Conviértete en experto con estos consejos útiles.
Invertir con un objetivo concreto
Tener un objetivo de inversión es crucial para todo inversionista. ¿Cómo definirlo? Para hacerlo lo mejor es reunir el conjunto de metas que te planteas para tu vida para así tener más claro el panorama y determinar cuál es la mejor estrategia de inversión en tu caso particular. A partir de eso, debes calcular el tiempo que necesitas para cumplir con ese objetivo, ya que no será lo mismo si cuentas con 20 años o con 5.
Por ejemplo, si tu meta de inversión es ahorrar para tu retiro y te encuentras cerca de tus 30 tendrás muchos años por delante, por lo que la mejor estrategia sería aprovechar el margen de maniobra disponible y no asumir riesgos para evitar perder seguridad.
En cambio, si para tu jubilación restan menos de 5 años, la seguridad adquiere otra relevancia: se convierte en la variable clave que definirá lo que debes hacer para no perder el ahorro de décadas. Aquí la preservación del capital será prioritaria.
Así es como el tiempo y el contexto irán guiando las distintas estrategias de inversión y el modo como las inversiones seguras tendrán sentido siempre y cuando estén dentro de un plan con objetivos claros. Muchos inversionistas olvidan establecer un objetivo de inversión, por lo que no pueden medir con certeza su éxito y su fracaso.
La volatilidad, una variable clave
Como un modo de medir la seguridad de una inversión, la volatilidad es usada para determinar cuál es la variación del precio de un activo en relación con su valor medio en un intervalo de tiempo determinado.
Esta variable estadística tiene como finalidad medir el grado en el que oscila el precio de determinado activo financiero con respecto al promedio. Para entender cabalmente cómo calcularla hay que evitar confundirla con el riesgo, que hace referencia a la pérdida permanente del dinero invertido en un activo y no a los movimientos que éste hace en su precio.
El riesgo: ¿qué comprende y qué hay que tener en cuenta?
Un riesgo de inversión es la probabilidad de que el rendimiento de la misma sea menor al esperado, es decir, cuando la inversión no otorga la rentabilidad prevista o, incluso, que la pérdida resultante del movimiento termine por superar la inversión inicial. Con esta definición como base, podemos pensar que todas las inversiones conllevan un riesgo y que más inversión implicará mayor riesgo.
Cuando tratamos de pensar si existen las inversiones sin riesgo alguno, debemos considerar a los denominados activos libres de riesgo. ¿Qué son? Los activos libres de riesgo son aquellos que pueden ofrecer una rentabilidad previsible y reconocible de antemano, con riesgo cero y volatilidad nula, lo que significa que su valor no cambiará con el tiempo. Si bien esto parece ser una buena noticia, cabe recordar que rentabilidad y riesgo se encuentran íntimamente relacionados por lo que el retorno de este activo será bajo. Además, que sea libre de riesgo siempre queda sujeto a variaciones, puesto que no se puede asegurar al 100% que las condiciones no cambien de un momento a otro.
Si se busca una rentabilidad que sea adicional a la que ofrecen estos activos, entonces no quedará opción que asumir un mayor riesgo. Este principio básico de la inversión es clave.
Algunas inversiones, de más segura a menos segura:
Tomando como premisa que no existen buenas o malas inversiones, sino que dependerán en última instancia de cuál es el objetivo y cuál es la estrategia que el inversor ha decidido utilizar en el momento específico de su recorrido, a continuación enumeraremos algunas opciones de inversión clasificándolas de más segura a menos segura:
- Los ahorros y depósitos bancarios, con rentabilidad fija que se conoce antes de comenzar y un plazo que generalmente está determinado, si bien ofrecen una rentabilidad reducida, están recomendados para inversores conservadores porque su riesgo es el de la entidad financiera
- Inversiones con renta fija, sobre todo las de bajo riesgo como las Letras del Tesoro. De todas maneras, estas tienen algunos riesgos como la posibilidad de que el mercado cotice los valores por debajo del que pagamos, que la contrapartida no se encuentre en el mercado y no poder vender el producto o el riesgo de crédito si los intereses no se abonan por parte del emisor.
- Inversiones con renta variable adquiridas en mercados de valores organizados. Estos títulos cotizan y, por tanto, su volatilidad será siempre superior a los de renta fija. Como mencionamos anteriormente, esto supone una rentabilidad superior. Esta rentabilidad no está predeterminada, aunque pueden ofrecer dividendos periódicos y su evolución será sujeta a las variables internas y externas.
- Productos derivados de un activo subyacente, con riesgo muy elevado y sujetos al afecto apalancamiento, pero también posibles rentabilidades altas.
Si estos temas te interesan y cuentas con formación en ingeniería, podrías considerar una formación en ese sentido. En BMF Business School conocemos en profundidad las exigencias que requiere un ingeniero, por eso nuestra misión es prepararlo para poder afrontar el día a día. Sabemos que combinar estudios de ingeniería con aprendizaje de gestión y finanzas crea el perfil más completo para lograr objetivos en el ámbito laboral.
Contáctanos para conocer nuestras propuestas y llevar tu carrera al próximo nivel de la mano de nuestros profesores experimentados con los que podrás formarte y obtener todas las herramientas que necesitas para el día de mañana, incluso, poder formar tu propia empresa.