El concepto que nos atañe hoy es el de coste de oportunidad, uno de los básicos en economía. Si tomar decisiones en el ámbito personal es veces puede ser complicado, para una empresa, en la que existen muchos más factores a tener en cuenta, el proceso puede no tener fin o alargarse más de lo que esta se puede permitir.
Es muy importante, como en cualquier otro aspecto de un negocio, contar con un análisis previo de todas las opciones que se contemplan para ver si se pueden producir ganancias o pérdidas. Esto es a lo que se le llama coste de oportunidad y es lo que explicaremos más profundamente a lo largo de este post. Veremos todo lo que puede ofrecer a una empresa y pondremos un ejemplo práctico para ilustrar la teoría.
¿Qué es el coste de oportunidad?
De forma simple, este concepto económico hace referencia al dinero que, de forma imaginaria, estamos ganando o perdiendo al tomar una decisión, al decidirnos por una opción u otra. Esta cifra incluye los beneficios que podríamos haber obtenido de haber escogido la opción descartada y los costes que podemos llegar a sufrir al haber elegido la opción menos acertada.
Este análisis puede ayudarnos a tomar la decisión correcta a la hora de elegir entre varias opciones. Es una elección teniendo en cuentas todos los parámetros, positivos y negativos, que nos pueden repercutir en el momento que escogemos. Pongamos un ejemplo de la vida cotidiana: tenemos una cantidad de dinero con la que podemos realizar determinadas actividades (que no salen del rango que podemos gastar). El coste de oportunidad sería el beneficio que nos podría aportar las opciones que hemos acabado no escogiendo.
Si volvemos al ámbito financiero, el coste de oportunidad sirve para evaluar y cuantificar inversiones si tenemos varias alternativas y recursos limitados. En el ámbito económico puede ayudarnos a elegir o seleccionar a los mejores inversores, ya que este tipo de coste se basa en la rentabilidad futura que podrá generarnos cada inversión.
La importancia de este método se ve mejor a través de ejemplos o en el momento en el que tenemos que tomar un decisión. De hecho, puede que no nos demos cuenta, pero utilizamos el coste de oportunidad de forma inconsciente cuando necesitamos tomar una decisión y analizamos pros y contras. Su valor aumenta cuando lo que se decide no es algo diario, sino una elección empresarial, en la que se puede perder o ganar mucho dinero, esfuerzo y trabajo.
Los costes de oportunidad nos permiten ponernos en el caso de una decisión ya tomada y ver si podría ser la que nos convenga o, por el contrario, podría perjudicarnos. Estableciendo comparaciones antes de elegir nos ayuda a ver con más claridad la idea correcta. Eso sí, hay que tener siempre presente que el coste de oportunidad no es un coste real desde el punto de vista de la contabilidad de gastos, sino que sirve para cuantificar el valor de opciones que podrían convertirse en realidad.
Hay que tener presente que, cuando elijas una opción, también elegirás unos costes, clasificados en 2 tipos:
Coste de oportunidad creciente. Aparecen cuando los recursos no son iguales ni se encuentran en la misma proporción a la hora de producir productos. Por tanto, con el paso del tiempo estos se van volviendo ineficientes y nos nos ayudan a producir bienes y servicios suficientes. Los recursos acaban siendo no equitativos.
Coste de oportunidad constante. Ocurren cuando los recursos que se han utilizado para producir se sustituyen por otros sin constancia. Como todos son de la misma calidad, las empresas renuncian a un volumen de producto y producen más cantidad. Así pueden mantener las posibilidades de producción y consumo al mismo nivel.
Tipos de coste de oportunidad
Existen diversos tipos de costes de oportunidad, utilizados dependiendo de las necesidades de la empresa o del proyecto que tengan entre manos. Los 5 más comunes son:
- Coste de oportunidad económico. Hace referencia al beneficio económico que se ha perdido al elegir definitivamente una opción. Si una empresa decide invertir en un proyecto concreto, el coste de oportunidad serían los beneficios que hubiera obtenido de decantarse por otra opción.
- Coste de oportunidad temporal. Elegir una opción supone pasar tiempo desarrollándola; ese es el coste de oportunidad temporal, el hecho de que, mientras estás haciendo algo (quizá poco productivo) podrías haber estado realizando otra actividad (sí productiva).
- Coste de oportunidad ambiental. Hace referencia al impacto ambiental causado por la decisión que hemos elegido seguir o de una determinada acción.
- Coste de oportunidad social. Si la elección tomada tiene algún impacto negativo en la sociedad, se mide con el coste de oportunidad social. Este tipo se debe tener muy en cuenta a la hora de tomar decisiones, ya que afecta no solamente a tu negocio, sino a terceros.
- Coste de oportunidad de consumo. Hace referencia a las ganancias que no se han conseguido al consumir u obtener un bien o servicio en vez de otro.
Cómo calcularlo
Veamos de forma detallada cuáles son las fases que tenemos que realizar para obtener el resultado:
Identificar las opciones. Lo primero que tenemos que hacer es determinar una unidad de medida como punto de partida. Ten en cuenta una situación que haga elegir entre una opción u otra. Veamos otro ejemplo: queremos abrir una tienda con unos productos A o con productos B. No se pueden mezclar y solamente se puede elegir una opción.
Calcular los gastos de las opciones. Como ahora ya tienes 2 o más posibilidades entre las que elegir, calcula los gastos que generarían esas opciones. Deberás evaluar los costes y los recursos que necesitarías para llevar a cabo esos proyectos. Pongamos que, vendiendo los productos A, obtienes 3000€ con una inversión de 700€ y con los productos B consigues 1000€ con 200€ invertidos.
Elegir la opción que genere más beneficio. Para ello nos serviremos del ROI y calcularemos todas las opciones en base al criterio personal y profesional de la empresa. Sigamos con el ejemplo:
El negocio A nos daría el siguiente retorno:
- ROI = [(3000 – 700) / 700] x 100.
- ROI = 328,57€.
El negocio B nos daría este:
- ROI = [1000 – 200 / 200] x 100.
- ROI = 400€.
Teniendo en consideración el ROI de ambas opciones, podemos observar que sería más conveniente elegir el negocio B. Ya hemos podido elegir sin habernos tirado de cabeza a una inversión que no sabemos si sería o no beneficiosa.
Calcular el coste de oportunidad. La fórmula es la siguiente:
Coste de oportunidad = valor de opción no escogida – valor de opción elegida
Imaginemos que, aunque nos sería más conveniente elegir el negocio B, acabamos eligiendo el A. Teniendo en cuenta las cantidades que hemos sacado arriba, el resultado del coste de oportunidad sería (como en este ejemplo, los resultados pueden ser negativos):
Coste de oportunidad A = (328,57) – (400).
Coste de oportunidad B = -71,43.
Interpretar los resultados. Si necesitas entender lo que te dicen los resultados, sigue este esquema:
- Coste de oportunidad +0. No es una decisión muy óptima, ya que el valor de la opción que no se ha elegido es más alto que el de la que hemos escogido.
- Coste de oportunidad 0. No hay coste de oportunidad entre las 2 opciones.
- Coste de oportunidad -0. Es la mejor decisión que se podría haber elegido, ya que el valor de la opción que no se ha tomado es menor que el valor de la opción que hemos escogido.
Ejemplos de coste de oportunidad
Pongamos que tenemos 100.000€ y los queremos invertir en algún negocio. Finalmente, nos decidimos entre una ferretería o invertir en 12.500 acciones de una empresa española, que cotizan a 8€ en la Bolsa de Madrid. Como no entendemos mucho de mercado, decidimos elegir la frutería y montar un pequeño negocio. Este nos generará 20.000€ de beneficio a los 2 años, pero en ese tiempo las acciones de la empresa española en la que habíamos contemplado invertir ascienden hasta los 11€. El coste de oportunidad en este planteamiento sería el siguiente:
Beneficios frutería: 20.000€
Beneficios acciones Repsol (no elegida): (11-8) x 12.500: 37.500€
Coste de oportunidad: 37.500-20.000: 17.500€.
Si queremos un ejemplo más ‘de calle’, podemos utilizar a un estudiante, que tiene que elegir entre estudiar o trabajar. Si, cuando finaliza la carrera, puede escoger entre seguir estudiando en un máster de 2 años o trabajar en la tienda de su tío (en la que le ofrecen 1250€ al mes), si prefiere estudiar, perderá la oportunidad de ganar 30.000€ en esos 2 años de estudio. En base a esos resultados, puede tomar la decisión que más se ajuste a sus necesidades o sus planes de futuro.
Como ves, el coste de oportunidad es igual de útil e importante tanto para empresas como para individuos. Ayuda a ver con un poco más de claridad cuál sería la elección o respuesta más ventajosa para la situación en la que nos encontramos. Si quieres aprender más a fondo este y mucho más vocabulario de finanzas, en BMF Business School ponemos a tu disposición a profesores de primer nivel, conocedores de la metodología de clases para ingenieros.
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