Todo lo que necesitas saber sobre el ROE

ROE

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De la gestión económica de una empresa depende su correcto funcionamiento. Para ello, todas las acciones que se realizan tienen que encajar perfectamente y los datos que recibimos de los movimientos que vamos realizando deben analizarse para tener una visión clara de nuestra situación económica y financiera como entidad. Sin ellos, difícilmente entenderemos hacia dónde hemos estado yendo y dónde queremos ir realmente con nuestro negocio. Además, todos los datos que conseguimos también nos sirven para prever acciones y crear así estrategias de negocio según la actualidad empresarial del mercado. Un indicador que nos permite consultar nuestro estado empresarial es la rentabilidad financiera y su respectivo ratio (ROE).

Con los datos que nos ofrece podemos llevar cuenta de nuestra situación actual y realizar los cambios pertinentes antes de que sea demasiado tarde o pueda afectar críticamente a nuestro negocio. Por eso, hoy vamos a contarte todo lo que necesitas saber del ROE y cómo utilizarlo.

¿Qué es el ROE?

Estas siglas hacen referencia a la expresión inglesa Return on Equity, que en español se traduciría como rentabilidad sobre capital o ratio de rentabilidad financiera. Ambas expresiones hacen referencia a lo mismo: una herramienta que nos permite consultar la capacidad de una empresa para generar valor para sus propios accionistas. Relaciona el beneficio neto de una operación con los recursos que se han necesitado para obtenerla. De esta forma podemos saber si lo que hemos gastado para algo ‘vale la pena’.

El ROE nos permite, al fin y al cabo, ver si nuestra empresa, con las decisiones que estamos tomando ahora mismo, está siendo rentable y nos genera más beneficios que gastos. Por ello, cualquier empresa que se precie tiene muy en cuenta la información que obtiene del ratio de rentabilidad financiera y lo utiliza en su beneficio. No podemos olvidar que el objetivo de un negocio es generar beneficio y conseguir la mayor rentabilidad del capital invertido.

Contar con un indicador es indispensable para las personas que invierten en nuestro negocio. El ROE es, de hecho, uno de los más eficientes y lo utilizan empresas de todos los sectores económicos. Como muestra la rentabilidad financiera del capital invertido, permite que los inversores conozcan la situación de la empresa y valoren si la gerencia de la misma (junto a las decisiones que toma) está siendo adecuada.

ROE

¿Cómo se calcula?

Ahora que ya hemos explicado en qué consiste el ROE y el beneficio que puede generar en una empresa, toca explicar cómo calcularlo. Es muy sencillo: hay que multiplicar el beneficio neto por 100 y dividir el resultado entre los fondos propios medios. La fórmula simplificada se quedaría de la siguiente forma:

ROE = Beneficio neto × 100 / fondos propios medios 

Como puedes comprobar, se necesitan 2 datos o factores para llevar a cabo el cálculo de la rentabilidad financiera:

  • Beneficio Neto. Se traduce en la cifra que ha ganado la empresa una vez se han deducido los intereses e impuestos correspondientes.
  • Fondos Propios. Forman parte del patrimonio neto y los componen diferentes partidas (capital social, reservas, subvenciones y donaciones). Suponen un coste, ya que se tienen que retribuir a los accionistas sus dividendos.

Estos indicadores nos dan a entender que el ROE se puede analizar tanto en bruto como en neto, todo depende de si se tienen en cuenta las ganancias antes o después de los impuestos, el interés, etc.

Algunas situaciones hacen que el cálculo de la rentabilidad financiera suponga un dato decisivo para la toma de decisiones:

  • Resultados de explotación. Ocurre cuando se deducen los intereses de la deuda y los impuestos indirectos.
  • Resultados anteriores a la deducción de amortizaciones y previsiones. 
  • Resultado de actividades ordinarias. Esta situación se da cuando se ha eliminado el efecto del impuesto de las sociedades y los resultados extraordinarios.

Pongamos un ejemplo para ver las ventajas que puede ofrecernos el ROE:

Imaginemos que, en el año 2021, la empresa A ha obtenido un beneficio neto de 200.000€ y tiene 600.000€ en fondos propios. Con estos 2 datos en cuenta podemos calcular la rentabilidad financiera de la compañía:

ROE (2021) = 200.000 × 100 / 600.000 = 33,33%

En este caso, los socios e inversiones de la empresa A ganarán 0,33 céntimos por cada euro invertido en la empresa. Sin embargo, si al años siguiente (2022), el negocio aumenta sus beneficios y decide ampliar su capital, el ROE deberá calcularse de nuevo, ya que los datos en los que nos basamos el año anterior para extraer resultados han variado.

Es muy importante recordar que el ROE no es un indicador inmutable, sino que tiene que volver a calcularse de forma periódica, conforme la empresa realice cambios u ocurran ciertas circunstancias. Lo que no suele variar es la interpretación del resultado: cuanto mayor sea el ROE, mejor será la situación de la empresa para su propietario y los inversores que participen en ella.

Veamos otro ejemplo, pero esta vez desde otro punto de vista: una inversión de 1.000€ que hemos realizado en una empresa nos ha generado 250€ de beneficio. La rentabilidad financiera bruta, por tanto, es del 25% (250/1000). A ese beneficio debemos restarle un 22% de impuestos, quedándonos con 195€ de beneficio neto. La rentabilidad también bajaría al 19,5% (195/1000).

Si, por otra parte, una sociedad compuesta por un activo de 500.000€, un patrimonio neto de 200.000€ y un pasivo de 300.000€ obtiene unos beneficios brutos (previo a los intereses de los impuestos) de 40.000 € (30.000€ de beneficios netos), los resultados serán lo siguientes:

  • Una rentabilidad económica bruta del 8% (6% neta).
  • Una rentabilidad financiera del 20% (beneficios entre recursos propios=40.000/200.000).
  • Una rentabilidad financiera neta del 15% (30.000/200.000).

Cómo aumentar la Rentabilidad Financiera

Uno de los objetivos más importantes de una empresa (por no decir el que más) es el de mejorar siempre que se pueda la rentabilidad financiera de sus inversiones. Además de consultar indicadores como el ROE, existen otras formas complementarias de ayudar a mejorar el porcentaje de rentabilidad:

  • Aumentar el margen y la rotación. Si subes el valor de los precios y reduces los activos se generarán más ventas.
  • Aumentar el apalancamiento. Para aumentar activos y capitales se puede generar más deuda.

Si tu empresa necesita ahorrar en gastos, siempre puedes contar con los beneficios sociales para empleados. Podrás obtener algunas ventajas, como la exención del IRPF y la deducción (al 100%) del impuesto de sociedades.

ROE vs ROA

Ahora ya sabes que, si necesitas consultar la rentabilidad financiera de tu empresa, puedes contar con el ROE. Sin embargo, este indicador no es el único que te puede servir para el propósito que tienes en mente. Por ello, es necesario conocer también el ROA de tu empresa y, por supuesto, entender la diferencia, ya que ambos conceptos pueden confundirse fácilmente.

El ROA (Return On Assets en inglés) mide la rentabilidad de todos los activos de la empresa, dividiendo el beneficio neto entre el activo total. Para que un negocio sea rentable, su ROA tiene que ser, por lo menos, del 5%.

A primera vista ROA y ROE pueden parecer lo mismo, ¿verdad? La diferencia entre ellos reside en que el primero expresa los beneficios por las inversiones que se realizan en la empresa, tanto por activos financiados como por recursos propios o ajenos. El segundo, sin embargo, hace referencia a los beneficios que genera una empresa para sus accionistas o inversores. En resumidas cuentas: el ROA mide el beneficio para la empresa y el ROE para los inversores.

Aunque el post de hoy es sobre el ROE, hemos creído conveniente mencionar brevemente este otro indicador, ya que ambos son necesarios para conocer con mayor exactitud la rentabilidad de la empresa. Una vez obtengamos ambos resultados, hay que compararlos para generar posibles soluciones. El resultado puede ser uno de los siguientes:

  • Positivo. El ROE es superior al ROA, por lo que un parte del activo de la empresa se ha financiado con deuda, lo que ha aumentado la rentabilidad financiera. 
  • Nulo. Ambos indicadores, ROA y ROE, coinciden. Es realmente el mejor resultado que podría tener una empresa, ya que no existe deuda alguna porque todos los activos se financian con fondos propios. 
  • Negativo. El ROE es inferior al ROA, por lo que el coste medio de la deuda es superior a la rentabilidad económica. 

Rentabilidad financiera y rentabilidad económica: ¿son lo mismo?

Otros 2 términos que suelen confundirse por su semejanza son los de la rentabilidad financiera y la económica. La principal diferencia es que la primera utiliza únicamente los activos propios para generar dicha rentabilidad, mientras que la segunda usa todos los activos. Otra forma de diferenciarlas además del propósito de cada una es el beneficio que se utiliza para calcularlas:

  • La rentabilidad financiera relaciona el beneficio una vez se han deducido los intereses, los impuestos y los posibles gastos financieros.
  • La rentabilidad económica relaciona el beneficio sin tener en cuenta los gastos financieros que han supuesto la financiación de los activos totales de la empresa.

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